domingo, 29 de diciembre de 2024

CRONOLOGIA DE UN SER SIN ALMA (De la A a la Z)

 

AMORAL, APÁTICO, AGOTADOR, AMARRETE. 

BIPOLAR, BRUSCO, BRUTO, BASTARDO

COLERICO, CRISPADO, CINICO, CORRUPTO

CHANTA, CHARLATÁN, CHUSMA, CHATO, CHOTO.

DETESTABLE, DISABRIDO, DESCOLORIDO, DESESPERANTE.

ESQUISOFRENICO, ENVIDIOSO, ENGREIDO, EVASOR.

FRUSTANTE, FUNESTO, FRIO, FRACASADO, FALSO. 

GROSERO, GROTESCO, GASTADO, GRASOSO.

HOMOFÓBICO, HIRIENTE, HARAPIENTO, HIPOCRITA.

IGNORANTE, IGNOMINIOSO, INJUSTO, INHUMANO.

JODIDO, JUZGADOR, JACTANCIOSO, JODEDOR.

KÁRMICO, KAMIKASE.

LAMENTABLE, LERDO, LAPIDARIO, LASTIMOSO.

MENTIROSO, MALPENSADO, MALEDUCADO, MANIPULADOR.

NARCICISTA, NEUROTICO, NEGADOR, NOCIVO.

ODIADOR, OBSCENO, ORDINARIO, OBSESIVO.

PROMISCUO, PENDENCIERO, PRIMITIVO, PSICOPATA

QUERELLANTE. QUEDADO. QUISQUILLOSO. QUEMANTE.

RIDICULO, RASTRERO, RUSTICO, REPUGNANTE.

SINIESTRO, SOPORIFERO, SINVERGUENZA, SADICO.

TORPE. TACAÑO, TRAMPOSO, TOXICO.

UTILIZADOR, UMBROSO, ÚLTIMO, UNIFORME

VÍCTIMA, VANIDOSO, VIOLENTO, VACIO.

XENOFOBO.

YOISTA, YOYO, YUNQUE, YERMO.

ZOPENCO, ZOMBI, ZAINO, ZURRADOR.

COMPLETITO.

sábado, 21 de diciembre de 2024

ENTRE FANTASMAS

 Amo el caos, tanto como la calma que precede a ese instante, caótico. Amo ese impulso que me eyecta como una flecha, y me hace abarcar mi propia inconstancia, empezar una cosa y virar 180 grados, para enfrentar otra que nada tiene que ver con la anterior. Me cuesta concentrarme en el silencio, levanto con la misma fuerza un kilo de plomo que uno de plumas, y me descubro a veces aferrada con una garra descomunal al mate o a la pava, como si de eso dependiese que el mundo no se derrumbe. Haga lo que haga llevo más de una cosa en la mano, soy un verdadero festín para los psiquiatras , porque puedo ser tan resolutiva y practica, como ahogarme en una tapita de gaseosa, tengo miedo de todo, y todo lo hago venciendo esos temores, el camino que elijo siempre es el más largo, si la ruta se bifurca , no pienso, no razono y sigo el impulso, yendo a Paraná cuando el destino era el mar. No puedo parar, no resisto la lentitud, no puedo esperar a mañana, ni envolver un regalo dignamente, ni abrir un paquete sin arruinarlo. Y sin embargo  soy la más tenaz y paciente para lograr mis objetivos, y para enfocarme en las necesidades de los de más. 

Mis fantasmas no quieren irse, y bailan conmigo en el caos diario, me empujan, se ríen, se divierten conmigo, a veces me dicen que no me dejan, porque los vuelvo locos, pero nunca se aburren de día, y como no les doy tregua se van a dormir temprano.

Amo ordenar mi caos y rodearme de personas caóticas, que hacen y no que  dicen hacer, que no dan consejos, que se ríen  de sí mismas, que asumen, que arriesgan, que anteponen una charla, aunque les falte tiempo, que se las note vivas, despiertas, inquietas, que se permitan el caos y la incertidumbre.

Que duden de todo y todo lo cuestionen, que no se aferren a ninguna certeza, y que no dejen de confiar en su propia fuerza.

Por ahora mis fantasmas y yo nos estamos llevando bien. Por lo menos estamos jugando a ver quién se cansa primero, pero eso de aburrirnos jamás.


miércoles, 2 de octubre de 2024

HAY QUE DEJAR DE MORIR

 Habría que abandonar esa maldita costumbre de huirle a la muerte  muriendo en vida dejar de matarnos a puro ensayo de morir de amor, morir de rabia, de abandono o de bronca miserable, vivir alargando la agonía, en una terapia intensiva eterna, que nos mantenga en estado vegetativo consciente, así disfrutamos de vernos morir lentamente, sin mover un músculo ni luchar, ni empezar de nuevo. Tendríamos que dejar esa postura ridícula de que si le mostramos al otro, lo infelices que somos desde que no partió el alma, eso nos daría un poco de calma.  Tendríamos y tenemos que dejar de morir y convertirnos en esos actores que somos e interpretar el papel de superación, y si por alguna razón los asesinos de almas vuelven, intentar darle dos besos, aunque sepamos de antemano que nos sobra uno.

Hay que dejar de morir y dejar los podría intentarlo otra vez, para no correr a los brazos equivocados de quién no nos merece y no merecemos. Hay que dejar de morir, y para eso, no hay que hacer oídos sordos, ni dejar que la injustica no nos rebele, ni bajar la voz o no decir nada. (todo eso que aconsejan para alargar la muerte)  Hay que dejar de morir ahogados en cobardía, festejando las gracias al payaso de turno, que está más muerto que vivo, y aún así quiere arrancarnos la vida.

Hay que dejar de morir, porque sí, porque  se nos da la gana, y él que quiera morir en vida, se muera y descanse en paz.!

Hay que dejar de morir a fuerza de voluntad, vestirse de negro si todos lo hacen de blanco, solo para incomodar.

Que se note que estamos, que no somos floreros y que nos cansamos de escuchar absurdeces, de me mato, me muero, por favor no me dejes!!

Porque siempre hay tiempo para morir, pero no será hoy, ni por alguien más.

Hay que dejar de morir y dejar claro, que no queremos morir, ni hoy, ni mañana, porque no se nos da la gana!



miércoles, 31 de julio de 2024

CORAZON IDIOTA

Manos arriba! No se mueva! No intente nada, arroje el corazón donde pueda verlo

Con cuidado, no vuelva a romperlo, aún más, solo acompáñelo hasta que llegue al suelo.

Ahora ponga las manos detrás de la nuca, y arrodíllese, no intente huir.

Tiene derecho a mantener la boca cerrada y que parezca imbécil, y no que la abra y ya

no quede ninguna duda, además todo lo que diga podrá volverse en su contra,

Gírese y mire el corazón, obsérvelo bien, ve? aún late, roto en pedazos, sigue latiendo.

Le leo los cargos; son de apropiación de un corazón noble, intenso, herido y después

dejarlo abandonado a su suerte.

Ahora levántese y váyase por donde ha venido, no habrá cargos, usted nunca los entendería.

Es más recurriría a una justicia que le reconozca, que el corazón era suyo y que podía

hacer con él lo que usted quería.

Vaya no más y siéntase en paz, ha disfrutado de un corazón, que era consciente de que usted 

lo rompería.

Y así y con todo, si usted a pesar de jugar con él y romperlo, estaría dispuesto a ayudar

a sanarlo, ese corazón idiota roto en pedazos, con usted otra vez volvería.

viernes, 14 de junio de 2024

LOS GRITOS DEL SILENCIO

 

El silencio que precede luego de una explosión, que es

una mixtura, entre gritos ahogados, polvo, olor a carne

quemada  y ceguera parcial, más un zumbido en los oídos

que se instala como una sirena de bomberos, dentro del

tímpano,  es el mismo que experimentamos antes esos

hechos  y acontecimientos que cambian el rumbo de un

día  normal, de esa rutina pre establecida, de esa maquinaria

zombi que nos llena la agenda de obligaciones, de rituales,

de costumbres.

De pronto alguien sale a correr, un domingo, dice chau con

La  mano, ni siquiera reparamos en que lleva puesto, porque

el  ruido, el apuro, el domingo que avanza, nos deja ciegos,

pero  no vuelve, el plato puesto en la mesa, la olla que hierve

pero no vuelve, y entonces estalla la bomba, y el silencio

hace sangrar los oídos. Un chico que se suicida en el coche

de su madre, en el garaje de su casa, mientras el lavarropas

gira, junto con la secadora, y ambos ruidos tapan el ruido del

disparo en la cien, y después el silencio de gritos desgarrados,

el ahogo de rabia e impotencia, un padre que llega y ve salir

de su casa a unos sanitarios con una bolsa negra, y después

el silencio de patadas a los muebles, de desgarros internos,

de esquirlas de la bomba incrustadas en la piel.

Unas madres que buscan a sus hijos, que explican, que no

volvieron a dormir, unas abuelas que buscan a hijos y nietos

y danzan después del silencio abrazador, todavía sordas y

ciegas de tantas balas y palabras huecas.

Un chico que sale por la costa, va a una disco, y  muere en

la calle, acribillado a patadas, y el silencio cómplice, la

ceguera múltiple, uno muere y ya no hay vuelta atrás, sus

padres se llenaran de silencio de su voz, de su risa, de su amor,

a los que lo mataron, también les cambiará la vida, pero no

tendrán la paz del silencio, si no la tortura de la culpa y lo

absurdo de no haber empatizado con el más débil nunca,

por tener una vida de privilegios.

Pero en algún momento los atacará el silencio, y escucharán

el ruido roto de sus patadas, golpeando carne y huesos inocentes

y será ensordecedor y más muerte que la muerte.

Un hijo que llama a su madre, y le dice no te asustes, estoy bien,

estoy en el hospital, tuve un accidente, vení y no mires a los

costados de la ruta, y la madre va, aturdida por el silencio, que

solo se interrumpe por el bombardeo de los latidos del corazón,

y si mira, y ve un amasijo de hierros, y bomberos y policía, y

siente culpa, siente terror, siente que la vida se escurre, hasta

llegar al hospital, hasta verlo, con heridas con golpes pero vivo,

y ahí el cordero se convierte en león y es toda fuerza bruta.

El silencio sin limites, lleno de absurdas preguntas, se le instala

a unos padres que van en busca de su hijo, que sufrió un golpe,

para los médicos de urgencia sin importancia, pero el chico no

está en casa, el chico no contesta el teléfono, porque el chico

está en el hospital, y los padres corren, con un silencio despavorido

con una urgencia que desconocen, el chico está asustado, ya no

tiene 20 años, tiene 3 o 4, y necesita a su mamá y a su papá,

y esta blanco como la nieve, y tiene miedo, y los padres están

aterrados,  y todo es silencio lleno de preguntas, todo desaparece

de la escena, no hay paredes, ni gente, ni tramites, ni agenda, ni

deudas,  nada,  no hay nada, solo un pensamiento que no se expresa

que está ahí dando vueltas, si se muere me mato, y lo ahuyentan,

lo descartan como un carbón encendido en las manos, pero hay

tanto ruido en ese silencio que les traspasa el alma de lado a lado.

Vuelven a la vida con él, cuando sale, cuando está vivo, pálido

como la nieve y desvalido, pero vivo. Y el silencio sigue ahí,

porque  hay cosas que jamás van a contar de lo que  paso por sus

cabezas  en esas horas eternas. Porque la felicidad de la vida,

será más fuerte que el miedo a la muerte.

Han sido afortunados, y los huecos se pueden cubrir de palabras.

Los que no vuelven y se van sin que les podamos decir

adios, nos dejan llenos de silencios absurdos, resentidos, culposos

y agrios, que no hay ruido en el mundo entero que

pueda lograr convertir ese silencio en sonido.

 

jueves, 13 de junio de 2024

EL INSTANTE PERFECTO.

 Estoy en una reposera, en la playa, con un libro, en un impase, 

los veo llegar, son las cinco de la tarde,  el sol de junio, todavía  

a pleno, pero ya se nota que atardece, tienen 15 o 16 años, ella una morenita

casi mulata, bajita, llena de curvas y turgencias, con el pelo totalmente enrulado

recogido en una cola, él un flaquito esmirriado, solo unos centímetros más que ella

de altura, con el corte de pelo de rigor de todos los adolescentes, se tumban

casi frente a mi, se sacan las remeras y se abrazan, ella esta sobre él, y se

besan, no hay nada sexual y todo es sexual, no exageran, hablan despacio,

pero se nota que de cualquier cosa, el mundo ha desaparecido para ellos,

el alarga la mano, le acaricia los muslos, los cachetes de manzana, que 

parecen exhalar aroma a fruta, ella lo besa otra vez, se acomoda mejor,

le revuelve el pelo, y hablan, y no hay nada promiscuo, solo dos adolescentes

que se desean, que no muestran excitación , solo deseo, de tocarse de sentirse,

de intimar, yo estoy mirándolos, sin lascivia alguna, me inspiraban ternura

paz, la playa de fondo, el sol que empieza a caer y los cubre de sombras,

convirtiéndolos en un cuadro en blanco y negro, allí quedaron abrazados,

deseosos, urgentes y pacientes, seguro soñando que ese momento sea

eterno, enamorados hasta donde se puede, sin que nada importe más que

ese instante.

sábado, 4 de mayo de 2024

QUÉ TAL TE VA?

 Y qué tal te va, con la dieta Ketoliana, 

el ayuno intermitente y la sonrisa permanente?

Qué tal con ese tiempo que siempre te falta

y el centímetro para medir las palabras ?

Que tal con saltar, soltar, priorizarte

achicar el círculo y ejercitar el dedo para los me gusta

y el ojo para controlar quién si y quién no, te los pone a vos.

Qué tal con esa  frustración constante de

que nada, nunca es bastante.

Qué pasa con las largas charlas, con amigos

para arreglar el mundo tan desconocido, te va mejor 

ahora con los audios reducidos?

Qué les paso a esas fotos divertidas, con la sonrisa

torcida y un ojo desviado que eran para un mural

y ahora descartadas o arregladas con potentes

filtros, que hasta rompen el cristal.

Qué tal con esta moda ya instalada, de, achicá

redondea, anda al grano, haceme un resumen

Qué? con la experiencia, con la historia, que de

no ser contrastada por google, no tiene valor y

no es aceptada.

Nada pasa,  y que tristeza  acumulada!! 

estas vivencias urgentes y quebradas 

ya casi no tenemos a quién venderle ni comprarle nada.

Cortamos palabras, interrumpimos frases, olvidamos

el abrazo físico, que igual no podemos dar ni recibir

porque nuestro tiempo tan valioso es limitado.

Que pena que estemos tan solos y tan desorientados

en un mundo occidental que avanza a exterminarnos,

mientras, creyéndonos tan mirados, en realidad

somos invisibles y olvidados.

Qué tal te va? cuando estás en silencio

cuando no se te ocurre nada, cuando el cansancio

atroz a tanto ruido mundano, te deja tirado

en una cuneta oscura, totalmente ignorado.

miércoles, 3 de abril de 2024

QUE AHÍ SEA!

 Ahí no es, dicen con una liviandad del tamaño de una bolsa de plumas,   

como si se pudiese escapar de uno mismo, de los padres, de los hijos,  

de la muerte y el destino.

Ahí no es, donde no es?, donde no te valoran, donde no te reconocen?

y entonces me digo, depende de quién.

Ahí no es, pero donde está el que si es, ese 

donde no somos ni podemos ser.

Ahí no es, y que hacemos con los sueños y el corazón

del revés?

Plantamos nuestro propio jardín, como decía Borges

y dejamos de esperar que nos regalen flores

Ahí no es

y que hacemos , nos damos por vencidos, huimos 

haciendo como que ahí no fuimos

Ahí no es,

pero donde y quién nos ayuda, cuando lo entendemos

porque para que no sea ahí, donde duele, donde hay

violencia, donde hay desamor, donde ir , cuando quizás

ese es el único ahí que tenemos o queremos.

Ahí no es,

y como se hace cuando nosotros somos

ese ahí, que no debe ser y no tenemos las 

armas para comprender.

Ahí no es

y está muy bien,

que si duele, que si lastima, que si agobia, no 

es ahí.

Aunque a veces, lo único que nos vuelve

a la vida es que AHI SEA!

PALABRAS MAS, PALABRAS MENOS

 Una sola palabra tuya

honesta, coherente, viva

hubiese bastado 

para acallar tanto bullicio infernal.

Una sola palabra, que salga disparada

como una bala cargada de pólvora o

de pétalos de rosa.

Una sola palabra,

que silencie el ruido acústico de tantas

otras vacías, resecas, envueltas en papel

usado.

Una sola palabra

o quizás dos, sin segundas intenciones

sin vueltas de tuerca oxidada y sin limitaciones.

Una sola palabra

o quizás tres, susurradas de pronto y sin

anticipaciones exaltadas,  que reboten 

contra la pared.

Una sola palabra ó cinco o seis , antes de

dejar que el abismo se abra bajo nuestros pies.

Esas únicas palabras, hubiesen sido el

antídoto  a tanto veneno elaborado a base de

conclusiones , sin lugar para las emociones.

Una sola palabra

o cuatro o siete, aunque no fuesen

aquellas que quería oír , hubiesen dejado un

rastro invulnerable, aplacando la angustia

y así dar paso al duelo, tan necesario, como

implacable.

Todo, menos el silencio, sin palabra alguna,

tan ruidoso, frio y doloroso.


viernes, 23 de febrero de 2024

Polvo de violetas.

 Desde algún lugar adormecido, escucho llegar

recuerdos que aparecen por el patio trasero, con

un leve aroma a  polvillo de violetas, que cae y

se desparrama sobre fechas olvidadas y nombres

persistentes, aterrizando como piedras que impactan

en el vidrio y un rumor siempre verde que no permite

la amnesia , me devuelve a la infancia tan lejana que

se acerca despiadada al jardín donde jugaba sobre

la hierba mojada.

Y lo que pasó ayer me es totalmente ajeno e intrascendente

mientras que una mañana de julio anciana, escarchada y

penitente, hace crujir mis botas rojas de adolescente.

Como volver al presente?  ignorando los muros donde

se trepaban las hojas verdes de la parra vieja, los olores

tan potentes que brotaban de la tierra y parían como un

vientre.

Como  conjugar esa agonía de vernos morir en cada

tiempo, renaciendo enclenques de tanta ausencia aniquilada

de silencio de esas voces estridentes, ahora tan calladas.

Habrá que aprender a poner el polvillo de violetas en la punta de 

los dedos y soplarlos como pétalos recién nacidos hasta que

se conviertan en cenizas de un fuego ya extinguido.

sábado, 10 de febrero de 2024

LA MODISTA INEXPERTA.

 Ella se enamoró de alguien que reapareció de un pasado remoto. Se enamoró tardíamente cuando creía que esas historias, solo eran posibles entre adolescentes y pensó que era tiempo de cambiar, de calmarse, para ser menos temeraria y ardiente.

Ella se dijo que esta vez, tendría que aprender a coser, con paciencia y dedición, para hacerle  un traje a medida a este amor antiguo que no merecía un ambo chambón de mala confección.

No fue nada facíl la tarea , había que tomar medidas, elegir la tela, los botones y el color, y armarlo sobre el propio cuerpo, porque él del otro  no estaba ahí para posar, y además, a nada de lo que  ella hacía, le daba su aprobación.

Se pinchó más de una vez. a veces con la aguja y otras con un alfiler, incluso lo mancho con una gota de sangre, queriendo y sin querer.

Pero a él no le gustaba, cuando no le tiraba de sisa, la manga se le acortaba, Se quejaba con vehemencia porque no era de su estilo y de espalda le tiraba, no le agradaba el color y cada nueva idea desechaba.

Al final ella ya agotada, de coser y descoser , de planchar y retorcer, arrancó cada puntada con los dientes y las ganas, lo metió en una caja, que dejo muy bien cerrada..

Entonces el se mostró hostil, y su traje reclamaba , diciendo que era ella, la que la tarea de costura abandonaba.

La culpó una y mil veces diciéndole que ese traje era suyo, y aunque no estaba dispuesto a usarlo jamás, no habría nadie que lo amara más.

Ella entendió con dolor que no hay fuerza más dañina, que la de  aquél, que no  sabe ni  puede amar y lastima a quién lo ama,

martes, 30 de enero de 2024

Arrorró conciencia

 Que querrán decir los que dicen, me preguntaba el otro día frente al inquietante espejo, _duermo con la conciencia tranquila?-  Que frase mas idiota puede haber, o más osada y remanida.

 Porque mientras escupía la espuma azul del dentífrico blanqueador de mi boca, con esa imagen leve e intimamente rídicula, que el cristal me devolvía, yo seguía con la pregunta, como si en ello me fuera la vida.

Que es, que quiere decir? quién no tiene y no digo en toda una vida, si no en el día a día , una miseria, una mentira, un olvido o un acto de obscena cobardía, tolerado o concedido?

Solo el niño, creo, que si lo dejan será y hará todo lo que necesita para ser atendido y entendido, con maldad, con pericia, con astucia, gritando a voz en cuello hasta lograr su cometido, peleando a muerte con sus amigos, hermanos o primos, para luego hacer las pases instantáneas , cuando aparece un adulto entrometido.

Solo ellos podrían aplicar esa frase, que desconocen, hasta ser mayores y transformarse en personas politicamente correctas y aburridas.

Para casi todos, el trabajo diario,  de dejar que la vida transcurra  dentro de la fachada que exhibimos ,es suficiente y el plácido sueño llega, porque lavándonos las manos no vemos las manchas en la temida conciencia.

Para ser dignos de este corto plazo que es nuestra existencia, no tendríamos que esforzarnos tanto 

por mostrar tanta cordura.

No hay ni habrá otra oportunidad de vivir un solo día, que no sea el momento presente, no basta con los diez mandamientos, ni con cadenas de oración o prejuicios divinos juzgados en camisón.

Basta con aceptar nuestros propios demonios y dejar volar nuestra imaginación, permitirnos para con otros la compasión y ser despiadados con nosotros si amerita la ocasión.

Es mejor que el sueño llegue tarde o pasar noches en vela, que adormecer la conciencia a la fuerza y subestimarla, como si no fuese nuestra.



Los huesos del alma.

 En estos tiempos de oquedad, tan falsamente iluminada, donde pareciera que el alma

para subsistir tiene que ser vaciada.

Como si fuese la casa de la niñez, cuando nos toca la ardua tarea de ser arqueólogos

de nuestra propia historia, remover la tierra y encontrar huesos intactos y retazos de piel ya 

desangradas.

Podemos hacerlo con maestría y cálculo académico , ser profesionales y meticulosos

en el trabajo de aseo. Pero no podremos evitar que el alma vuelva a sentir y se traslade

a esas tardes invernales, todos reunidos al calor del brasero.

Vaciar el alma de tanto recuerdo, a veces mal parido, que no quiere ni puede ser huido.

Es como encontrar esa foto en  blanco y negro, ya gastada y amarilla, sin sentir ese nudo en

la garganta , y que no nos  tiemblen las rodillas.

Vaciar el alma es como vaciar el hogar sencillo, donde crecimos, y descubrir en los

cajones derruidos, todos esos tesoros que yacían escondidos, el botón de una camisa,

la aguja y el dedal, que cosían  los remiendos y las costuras del impoluto delantal.

Debatirse entre lagrimas , con la pregunta latente, si esto se ha de guardar.

Los muros de esa casa, que solo han sido un hogar cuando tenía alma, de padres, de

hermanos y fiestas de guardar, esas que nos ahogaron o nos dieron alas para volar.

Más cuando llega el día, que nos toca el inventario, ya no la vemos como entonces,

una guirnalda plateada, una tijera oxidada, pueden disparar como un arma con munición

pesada, y seguramente llevaremos las manos entrelazadas al pecho, para protegernos de las

balas que que vacían recuerdos, porque de eso vive el alma, que aunque no puede ser tocada,

es poderosa e inmensa, porque de todo lo que amamos, esta habitada.


jueves, 25 de enero de 2024

LA MECHA CORTA, Y EL HUMOR INTACTO.

 Cosas tontas y no tanto, que me sublevan en  en esta etapa casi anarquista de mi vida, que nuca hubiese imaginado que iba a soportar o callar, las miro con lupa, por si encuentro algún rasgo mío en ellas, para poder extirparlo a tiempo, no siempre lo logro, pero de verdad lo intento.

Son cosas chiquitas, que me incordian, como ese trocito imperceptible de comida que se mete entre los dientes, y no hay imagen o conversación, que nos pueda distraer de esa incomodidad. a saber:

Los que ponen comillas, escritas o marcadas con los dedos, muchas, tratando de hacernos entender algo que parece no entendimos, o algo que solo ellos saben bien, y nosotros ni idea. Los que gritan escribiendo, todo en mayúsculas, los que preguntan pero no te dan opción a la respuesta, los que te hacen después de no verte por mucho tiempo un multiple choice, los que piden un favor y lo acompañan de si no podés no importa, cualquiera que no sea mi nieto que me llame abuela, los que transforman tu anécdota en la suya, 

los que van a comer y piden la cuenta por separado, los tacaños que no admiten que lo son, aquellos que no le alcanzan los platos a los que los atienden, y dejan propinas miserables y obvio los que no dejan propina. Los que cuentan historias no vividas, los que buscan la palabra olvidada y paralizan la charla, los optimistas con lo ajeno, y los que hacen cuentas del rendimiento de cualquier negocio, que no es el suyo, esos que te dan la mano, como si estuviesen tocando caca, los que comen y hablan en diminutivo, esos me desquician,  Los que no saben su número de documento, los que pronuncian mal los nombres y los apellidos, (en la misma lengua )  los que se mimetizan con el lugar de turno, los que pierden el acento, los que saben todo de todo y de todos, los que no hacen el menor esfuerzo por adaptarse, los que dicen vengo y están yendo, los que anteponen el me, (el nene no me come)  y ni hablar de los que dicen me se y no se me..ufff esos si me desatan bajos instintos, y los que chapean profesión.

Pero por sobre todas las cosas detesto al mentiroso que se cree sus propias mentiras, esos seres que no entendieron, lo fascinante de una mentira, que sea creíble y que solo nosotros  sepamos que no es verdad, y tengamos el buen tino de saber como y a quién contar.

Ya tu sabes, algo que ni google pueda demostrar,

 

domingo, 21 de enero de 2024

NO SE COME TAN CALIENTE, COMO SE COCINA.

 Sería tan fácil que ya no  nos importasen  las respuestas, a esas preguntas que tanto nos atormentaron, y dejar que se mesan  en una cuna, hasta que caigan de sueño rendidas. Así  no esperaríamos , lo que a ciencia cierta sabíamos, porque aunque fuesen respondidas, no cerrarían grietas y agrandarían heridas. 

Sería tan maravilloso tener esa capacidad de liviandad, y depositar todo en el otro, como si de un recipiente de deshechos se tratase y tirar ahí toda la culpa, todo el dolor y el desamor, y hacerle después un nudo y arrojarlo al contenedor..

Que bueno y saludable, sería poder aplicar esa filosofía a la carta, del cuídate, priorizate,   inyectarla en vena y dejar de oír el martillo que golpea sin sangrar el hueso que se resiste a quebrar. 

Sería tan de agradecer que se silenciara esa voz intensa que grita en las vísceras , no lo hagamos, no claudiquemos y  ahí estamos, volviéndolo a hacer, sin atender a razones que nos ayuden a encontrar un segundo sin agitaciones, y  dejarle al tiempo que haga lo suyo, y nos conceda el beneficio de la resignación, para que   el silencio, ese que nos regalan, no nos aturda, y poder encontrar dentro lo que el afuera no nos dio.

Sería tan fantástico, tener la receta,( para no pensar, para no desear, para conformarse, para justificarse) y una vez bien  aprendida servirla en bandeja, con una cínica sonrisa, sin ansia, sin prisa, olvidando que no es comida lo que necesita el alma, sino una caricia.



domingo, 14 de enero de 2024

Yendo al encuentro.

 Me voy a ir despacio, me voy a sacar los zapatos para que no se oigan mis pasos cuando me este yendo.

Para que el eco de la suela en el mosaico se diluya, como una gota de rocío en un estanque.

Me voy a ir sin avisar, porque cuando uno avisa, está esperando de algún modo que lo detengan, que le digan cuántas buenas razones tiene para quedarse y reclamar unos te quiero a destiempo, que ya no importan, porque el ruido que precedió  al silencio descalzo, los eclipsó.

Me voy a ir de esos lugares ausentes de mí, donde imploré que me acepten y descarté toda forma de no adaptarme.

Me voy a ir , porque la única opción de despedirme de quién no puede ni quiere entregarse, es sin palabras, sin vivir la despedida, porque si el otro no quiere despedirse, es porque nunca estuvo preparado para quedarse.

Hay que saber irse, dicen, de aquellos lugares donde ya no nos quieren, o nos quieren mal, y saber quedarse donde aún sin ruidos y sin estridencias, nos esperan, y que no nos necesiten para nada, pero nos quieran para todo.

Voy a ir desapareciendo en puntas de pie y conteniendo el aliento, hasta que sea imprescindible respirar,

haciendo equilibrios con los zapatos en una mano y buscando apoyo en una imaginaria pared con la otra y si es necesario, saldré en cuatros patas, con la cabeza gacha, y cuando pueda ver que estoy a salvo, respiraré a boconadas el aire que percibo, levantaré la cabeza y la mirada, me pondré los zapatos y ya no me asiré a imaginarias paredes. 

Será mejor llegar tambaleante al lugar indicado, donde no dudo, habrá manos generosas que querrán sostenerme , que permanecer silenciosa esperando que, quién no me busca, pueda encontrarme.


lunes, 8 de enero de 2024

HASTA QUE EL OLVIDO NOS SEPARE.

 

En este desamor, que me ha encontrado con la guardia baja y la moral cansada, como si anduviese por ahí caminando con la ropa mojada, he decidido irme de a poco, como si de un alzheimer prematuro se tratara.

Me iré un poco hoy que es domingo, y quizás vuelva el jueves o el viernes, sabiendo que así habré avanzado unos días hacia mi meta de olvidarte.

Me iré convirtiendo en un hilo conector que llegue hasta vos y así vayas olvidando mi risa de tu frágil y selectiva desmemoria, y de paso los te amo, que se impregnarán de telas de araña y se arrumbarán junto a la cortina a cuadros, que tu mujer tiene en la ventana de la cocina.

Y el hilo pasará por sobre mis besos interminables, que alguna vez dijiste, serían eternos y se volverán en tu no recuerdo, secos, cortos, desvaídos y muertos de frio, anticipando un invierno gélido y sombrío donde mis brazos ya no te darán calor, ni aliviarán tu temblor cuando te sientas caer al vacío, y no recordarás el olor de mi voz, ni mis gritos encendidos.

Ya no te haré falta, y mi alzheimer elegido, será el que lo logre , porque habrás aprendido a escuchar otro olor y le hablarás a otro cuerpo que no es el mio.

En ese preciso instante sabré que me he  ido del todo, con la certeza de que estarás bien.

No le daré importancia a la mitad de mi alma, que vagará extraviada entre lagunas de todo lo que no hiciste, con tanta perseverancia.

Quizás perderme de a poco, los días impares, al principio, y los pares después, sean los que me lleven a olvidar el camino de vuelta y ya no preguntaré más, porque no pude ser menos intensa. Aunque ya se la respuesta.

De que nos hubiese servido la calma, en tamaña tormenta.

No pudimos salvarla, ni atravesarla, no bastaron mis alaridos, ni los pedidos de auxilio ni el rugir de las alarmas.

Es mejor que me vaya de a poco, la cabeza en enero y las piernas en marzo, y cuando ya no quede nada, estaré tranquila en septiembre, caminando por una playa soleada, y si te cruzás por mis ojos, no te voy a reconocer, porque vos ya me habrás olvidado en verano y yo en otoño también.