No sé que hace la gente con la cobardía, con la pesadilla de
mentirse a sí misma y la osadía de creer que está en desuso
la valentía.
No se que hacen, los que se cuidan de todo, los que amanecen
como si hubiesen dormido sin remordimientos por otro día
perdido.
No sé como hacen los que viven un día tras otro, todo repetido
calculando a pulso el mismo recorrido.
No sé como pueden echarse al olvido de lo acontecido ayer
como si no hubiese ocurrido.
No sé como hacen para no jugarse, y decir después que están
arrepentidos.
Con eso les basta? y siguen e ignoran. Cuál es la fórmula para
conformarse, con ser uno más y levantarse todos los días
a desayunar, oprimidos, apurados por llegar a tiempo donde
no son nadie y sentarse a esperar.
Que me lleve el diablo si tengo que claudicar y vivir una vida
sin expectativas , esperando a cobrar una magras monedas
oscuras y contaminadas de tiempo que jamás se ha de recuperar.
Que me lleve el viento si lo único que importa es lo material,
que me mate la lluvia helada si pienso que algo me voy a llevar
a cuestas cuando llegue mi hora final.
Que lo sepan todos, que nada he traído y nada me voy a llevar
que vayan buscando canciones para despedirme y se embriaguen con
vino, que me hagan un altar con un pedestal de arena y se pongan
mi ropa y calcen mis zapatos y salgan a caminar!
Todo eso pueden hacer, menos sentarse a esperar, un día tras
otro pensando que si tiene que suceder, sucederá!
Eso no es para nada cierto, para que suceda, tendrán que salir
a buscar.