De la lucidez a la tempestad de los cuerdos que se resisten a serlo.
Transitaste una corta existencia, esa que decías saber, que no era
locura, si no exceso de vida.
Adelantado a un tiempo que devorabas y expelías, inventando a
cada paso una forma cúbica de ver las cosas, desde ángulos simétricos
y desconocidos para la mayoría de los hombres, esos que deambulan
como juguetes rotos, esos seres dementes, que sufren cuando son
felices, por miedo a perder la felicidad.
Podías ver eso y podías masticar tus propias palabras y dar cátedra
cuando decías en tu prosa, -no mire usted lo que hagan los demás,
no se le importe un pepino de lo que opine el prójimo, sea usted mismo,
sobre todas las cosas, sobre el bien y el mal, sobre el dolor y sobre el
placer, sobre la vida y la muerte. Usted y usted nada más y será fuerte
como un demonio.-
Como podrían no marcarme esas palabras, que son mi mantra de vida,
haciéndome ver que viviste y moriste con el corazón abierto, porque no
te mato un paro cardíaco, te revivió en un exceso de vida, para que
trasciendas más allá de las almas dormidas, estúpidas e insípidas, porque
se te tatuó la ingenia sabiduría en las pupilas, de lo intangible para la
mirada que camina a cuerda y marchas forzadas.
Porque viviste muerto de presente, viniendo de un futuro inexplorado,
y esa era la verdad y sin embargo tenías la consciencia para tolerar,
saludar y sonreír, porque como decías así es la vida y porque podías ver
que en el corazón de cada uno de nosotros, hay una longitud de destino,
UNA LONGITUD DE DESTINO...que maravillosa definición Roberto,
tan inmenso como para proyectar las cosas que de verdad importan,
el amor, la piedad, la gratitud a la vida y al mundo que te gravitaba.
A veces cuando tus frases aparecen y se me insertan como un puñal
de trozos de espejos rotos, veo como en un prisma, la desfragmentación
de tus ideas tan desbordadas de inspiración tan apasionadas y complejas,
que los reflejos de mi propia alma se desarman y se juntan como en un
calidoscopio, y creo estar segura que nos conocimos en otra vida, y que
los locos no fueron siete, por suerte, éramos más y seguimos gravitando.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
la que modera los comentarios es rubia, sabrán entender, ustedes tranquilos, comenten sin miedo, eso de la moderación es puro cuento, porque además de rubia es ARGENTINA.