En mi última nota, hace más de dos
meses, donde yo era otra, metida dentro de esta especie de mamusca
que es mi vida con muchas vidas adentro, escribí sobre la amistad,
sobre cuatro chicas anaranjadas quemándose al sol en una terraza de
Wilde.
Unos días antes había llegado de
Buenos Aires, de un viaje relámpago de diez días, que fueron poco
menos que una montaña rusa, de emociones, de tramites, de problemas,
de inconvenientes que en ese momento me parecían caóticos,
tremendos, injustos! Matizados con la mágica pincelada de
presentarme con Agua en Marte en la feria del libro, rodeada de mis
incondicionales de siempre, con los que están metidos en ese pequeño
circulo que voy modificando con cada viaje, con cada vivencia, con
cada experiencia.
Pasaron solo una horas de esa nota, con
esas chicas achicharradas a fuego lento, untadas en coca-cola, y
obtuve un diagnostico por un episodio raro que tuve al regresar del
viaje. Había sufrido un ACV, leve por suerte, que me produjo una
isquemia facial (que perdura hasta hoy), quienes han leído mi libro
saben que hasta con estas cosas he bromeado y me lo he tomado con
sarcasmo, por lo tanto en esa linea de conducta seguí y fui muy
camicace a la hora de hacerme cargo, quizás eso fue lo mejor, no
parar, no pensar demasiado, seguir seguir por la ruta del salmón,
bordeando el Paraná para llegar a Necochea y quejandóme porque el
mar era muy marrón.
Entre ese momento y este día,
volvieron a pasar muchas vidas dentro de mi vida y dentro de la vida
de otra de las chicas anaranjadas.
Esas palabras hablaban de amistad, de
complicidad, de risas, de cosas sencillas, de proezas cotidianas, de
heroínas de barrio desafiando a unas madres machistas y feroces, y
padres que para la psicología actual les cabería orden de
alejamiento por violencia de género, de sueños pequeños que se nos
antojaban posibles, de secretos y descubrimientos , después, después
las chicas, quién sabe porque, quizás porque llegó el invierno, uno
largo muy largo que las blanqueo y las cambió para siempre, quizás
porque alguien les hablo de la capa de ozono, del cáncer de piel, o
porque simplemente le cortaron las alas, siguieron su camino al ras
del suelo, cumpliendo destinos casi idénticos, nacer, crecer,
reproducirse y tratar de no morir.
Unas nos revelamos antes y eso logro
como en las fotos antiguas, que se velara la foto de nuestra vida,
con enormes manchas, con borrones donde se tornó imposible hacer
foco, en algunos casos pudimos rescatar los negativos y no siempre
fue para mejor.
Imposible no remitir a nuestro pasado
feliz, cuando la realidad te da un baño de ficción y supera todas
las series épicas, todos los golpes bajos, todos los tópicos y los
lugares comunes, hasta la ciencia ficción mas bizarra y las
películas de clase b llenas de horribles y deformes moustros, pasan a
ser cuentos de hadas, imposible no querer desesperadamente tener la
máquina adecuada que permita rescatar esos negativos mal revelados,
donde una puerta abierta a destiempo arrasó, deformó y mutilo, con
la muerte más puta, mas rastrera, más miserable, la de un hijo, esa
para la que nadie nos preparó, esa de la que tanto hablaban los
viejos en voz baja, cuando decían “y sí la pobre quedó así
después de enterrar a su hijo”
Una de mis amigas anaranjadas tuvo que
enterrar a su hijo, hace 23 años,( él tenía 15), con ella y su
pala las cuatro CHICAS ANARANJADAS, nos morimos un poco, nos
volvimos más blancas, más blandas. Después vendrían más amigas de
las amigas, mas vidas, más muertes, que nunca nos encontrarían
preparadas, pero sí, por lo menos a mí, se me metería como un
mantra, “-si ella pudo seguir, si ella se levantó, yo tengo que
seguir, por mí y por ella, por gratitud a la vida que no me forzó a
tener que cavar una fosa y enterrarme viva.”-
A fines del 2013 perdí a una de mis
mejores amigas, fue y es un dolor que me atraviesa.
El año pasado en el medio de la
adrenalina y felicidad de estar editando mi primer libro,
absurda mente mientras corría por Palermo otro amigo queridisimo,
compadre y marido de mi mejor amiga decidió unilateralmente que ya
era tiempo, y otra vez ese dolor, esa punzada constante, ese amasijo
de sentimientos que no terminan de cuajar y se vuelven negros velos
delante del sol.
Así cuando uno cree que ya es
imposible sufrir más, que ya es tiempo del remanso, de festejar la
vida, de perdonar y perdonarse, de entender que es una cal y una de
arena, la vida le da otra puñalada en el medio del corazón, ya
diesmado, ya partido, ya zurcido y vuelto a zurcir, a tu amiga
anaranjada, a esa que tuvo que agarrar una pala para enterrarse en
vida, a esa que los vientos y los huracanes le pasaron por encima sin
piedad, a ella que siguió creyendo, que siguió confiando, que pensó
que Dios estaba de su lado a pesar de todo y se aferró a él, aún
sabiendo que era un clavo ardiente, y se enzaño y la llevo a tocar
el cielo, la llevo a abrazar al hijo de su hijo, a acunarlo y
besarlo, a vestirse de abuela con coronas de flores y caminos
mórbidos sembrados de pétalos de rosa, la llevo a reír como hacia
años no reía y a sentarse a una orilla de la vida a contarle a sus
muertos que un nuevo tiempo empezaba, que ser feliz era posible, que
las heridas finalmente cicatrizan, estaban, se sentían, pero ya no
sangraban.
Y no, resulta que no, resulta que todo
esto solo fue posible 16 días, el cielo volvió a desplomarse, el
diablo llego sigiloso y mordaz a entregar una pala nueva, esta vez a
su hijo, que acunaba con amor desbordado a su niño, a su ángel, a su
sicilian-baby.
Silencio- La pantalla de la vida se
funde a negro.
No hay mensaje, no hay segunda vuelta,
no vuelve a la vida como en las películas, no hay moraleja no hay
explicación. El lodo se mete por todas las rendijas y lo empantana
todo, el horror desolado no da tiempo ni siquiera para el miedo,
para la duda. Nada. Fin.
Este día del amigo, nosotras las
chicas anaranjadas ya devenidas en mujeres grandes, en abuelas, en
madres que siguen pendientes cada minuto de sus hijos, que ya son adultos, algunos ya son padres, a uno de ellos a uno de los
nuestros, a uno de los chicos anaranjados vino el diablo con la pala
y le arrebato a su hijo, a su sicilian-baby, a su chiquito indefenso.
Les esta pasando a ellos, les paso
antes, no se a quién hay que pedirle ,no creo en Dios, por suerte,
porque ahora mismo me estallaría el cerebro doblemente pensando
porque unas buenas personas pueden ser tan brutalmente golpeadas una
y otra vez, sin piedad.
Pero ella es mi amiga, es mi hermana,
es una parte de mí y sus hijos son también un pedazo de mi ser, por
eso desde el domingo que recibí esta terrible noticia estoy en
pausa, todo pasa como en cámara lenta, todo perdió importancia,
como me paso hace unos meses cuando murió mi querido amigo Daniel y
antes con la hermosa María Rosa, me quedo acá a muchos kilómetros,
a muchas horas de diferencia horaria, a muchos abrazos no dados.
Mañana habrá infinitos saludos, mucha gente festejando, ojalá lo
hagan tomando la dimensión de la palabra amistad, ojalá sean
capaces de hacer por sus amigos algo más que mandarles un mensaje o
decirle unas lindas palabras, ojalá puedan comprender la diferencia
entre una red social y una red de amor verdadero.
Para nosotras las 4 chicas anaranjadas
y nuestras familias será un día negro y fatal.
Para mí que estoy en pausa, que estoy
muy enojada, pero mucho, que me duele el alma, que me retuerzo de
bronca, que me siento impotente, será un día, para subirme
mentalmente a la terraza de Wilde, abrazar desde ahí a mis chicas
anaranjadas y dar gracias por lo que tengo.
Cuando se me pase esta furia, esta
locura, este enojo, quizás pueda decirle a mi amiga, que no hay
palabras de consuelo que sirvan para palear tanto amargo y absurdo
dolor.
Quizás pueda decirle que Santino su
sicilian-baby, su adorado nieto vino a este mundo a cerrar un circulo
de horror, a unirlos durante eternos 16 días para siempre, como un
célula indestructible.
No lo sé, pero ojalá aunque ni yo
misma lo crea, ese sea el motivo de este demencial destino que les
esta tocando vivir a unas buenas y simples personas.
Simplemente conmovedora.
ResponderEliminarHermosas palabras,todos estamos con dolor y bronca.a veces la vida es injusta con personas que merecen ser felices.
ResponderEliminarMe reservo opinión
ResponderEliminarHermosa nota. Nada para decir, el dolor es inmenso, siempre intento buscarle un sentido a las cosas, algo que pueda calmar el sufrimiento pero esta vez me resisto a hacerlo, se fue una parte de mi alma. Te mando un abrazo!
ResponderEliminarTe quiero y te abrazo siempre, tu ahijada un poquito anaranjada.
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ResponderEliminarSIN PALABRAS , TE QUIERO
ResponderEliminarr te quiero
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ResponderEliminarCiò che hai scritto mi fa riflettere molto!!
ResponderEliminarComo siempre,hermosas y sentidas palabras.yo me siento igual,dolida,enojada y buscando un porque,pero no lo encuentro.estamos en la etapa de ser abuelas y estas cosas nos tocan muy adentro,en especial con gente a la que amamos y son parte de nuestras vidas.te mando un gran beso.
ResponderEliminarUn abrazo fuerte fuerte fuerte.
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