Post. K.M. 29/03/2015
A veces me siento como un recuerdo que
se quedo quieto, como la lluvia a punto de caer (como dice la canción
de Vicentico) me remito a la mejor versión de mi y solo la encuentro
en las fotos viejas, en esas de la kodak fiesta, donde todo, pelo,
cara, ropa, parece del mismo color, y sin embargo era todo color y
ebullición, la vida era por decirlo de algún modo vida en estado
puro, no era dietética, ni sintética, tenia matices, doble sentido,
chistes que alegaban a todo tipo de discapacidades, enfermedades y
mutilaciones, de los desengaños y las desgracias nacían los poemas
más maravillosos que luego se convertían en tangos memorables o
canciones de rock que ponían nuestra sangre en movimiento, eran
machistas, descalificativas, desgraciadas y altamente reales y
románticas, no llorábamos por los rincones porque Discepolo nos hacia
pedazos como percantas amuradoras, o abandonicas mal agraqdecidas,
disfrutabamos de semejantes moustros poéticos, nos identificabamos en
cada palabra. Hoy por alguna razón nos hemos vuelto desabridos,
estirados, políticamente correctos, buscando palabras rebuscadas para
definir la cotidianedad, un linyera es una persona en situación de
calle, un discapacitado, alguien con capacidades diferentes, un
negro un persona de color, de que color? Negrooooooo...un piropo es
una situación de acoso, y sabes que? me recago en la puta madre que
lo parió. Todos tan correctitos, todos tan con el dedito estirado,
diciendo este es corrupto, este es machista, esta es sumisa, todos
tienen una pantalla armada, todos hacen cadenas de oración y
publican fotos de gente que maltrata animales, todos te ponen una
foto del pobre Jesus para que camine por tu casa y se lleve todo lo
malo, o de la Virgen de los Milagros para que ayude a los inundados,
todo dura un me gusta, un compartir, un oh cuanta verdad, pero nadie
mueve el culo de la puta silla, o levanta los ojos del maldito
teléfono.
Yo me cansé, me cansé de todo. Tengo
un hartazgo que no me lo banco más, todo el tiempo veo gente
publicando carteles dirigidos a no se quien diciéndole a tampoco se
muy bien quien que la envidia lo cocine, que si te molesta mi éxito
mejor freite en aceite, que los que escuchan música sin auriculares
son unos negros de mierda, que los que te afanan las billetera o el
celular son unos negros hijos de puta, y a continuación esa mima
persona pide una cadena de oración para Menganito y un compartir
para juntar firmas para unos negritos que como son chiquitos todavía
no son de mierda.
Me cansé, de escuchar que ser bueno
Garpa, no garpa un carajo, a nadie le importa un bledo, podes ser
bueno toda tu vida que si la cagas una vez ya será suficiente para
que pierdas todos los me gusta y te crucifiquen. Encima no somos
buenos, esta sociedad nos hace malos, todos vamos pisando el puto
palito, todos nos movemos en la cuerda floja y en algún momento
plaff, patinamos.
Hace tres semanas mi vecina de arriba
me dijo que estaban juntando firmas para que un tipo que entrena los
delfines en el Aquario de Palma, sea despedido, porque lo filmaron
tratando mal a los delfines, yo había escuchado el tema en los
noticieros y lo había leído, como no? En Facebook, y le dije sí
claro, pobres bichitos mal tratados y firmé, el tipo se suicidó la
semana pasada, después de 35 años de una carrera intachable, no pudo
soportar la presión y todas las cosas que habían dicho de él.
El tema es que al parecer el vídeo
había sido manipulado por un compañero por no se que razones, y yo
la verdad me sentí una puta asesina, que mierda tengo yo que firmar,
que carajo sé del tema, más de lo que me mostraron, así sin
contrastar.
Hace ya mucho tiempo que me pasa , no
creo en nada absolutamente nada de lo que leo, por más que lo
expliquen 500 veces, y las 500 digan lo mismo, ya no creo, todo me
genera desconfianza, suspicacia, todo me indica una segunda lectura,
me pase la vida siendo buena gente, trabajando como una marrana, no
alcanzaba un trabajo ? entonces dos, no alcazaban dos ? entonces
tres, hay que colaborar, hay que ser buena hija, hay que ser buena
empleada, hay que ser buena jefa, hay que ser buena madre, buena
hermana, buena amante, discreta,compinche, divertida, generosa, sí todo eso, yo
fui todo eso, y guarde secretos y metí juntos con mis muertos los
muertos de otros en mi placard, hasta que lo tuve que cerrar a
presión, hasta que se me oprimió el corazón de tenerlos guardados
y salvados a cal y canto, guardo todavía los muertos de personas que
me han olvidado y traicionado, que son capaces hoy de juzgarme o
ponerme a prueba, guardo secretos de personas que no ameritan ni el
saludo, pero yo los guardo, por ética, por que me han sido
confiados, porque no esta en mi naturaleza la traición.
Pero ahora me cansé, ahora me siento
como Walter White en Breaking Bad, todo el tiempo cuando miraba la
serie, yo me decía, ¿como es posible empatizar con este tipo? Pero
sí, empatizo con él como la mayoría de la gente que veía la
serie, porque es un tipo común, oscuro, aburrido, cansado, un tipo
que para su cumpleaños número 50 su mujer le regala una paja de
mierda, hecha con una mano mientras que con la otra sigue jugando con
la computadora, y que más tarde cuando el junta la guita en pala,
ella tan mojigata y buenorra, se levanta de noche para comprobar que
la guita sigue ahí en el puto sótano. Y eso es lo que me pasa, me
pasa que parece que nada alcanza, ni las buenas acciones, ni romperte
el alma, ni capacitarte, ni ser inteligente, nada no basta una mierda
y no hablo de no tener suerte en lo económico, eso es solo una
cuestión secundaria, y el problema del 90% de la humanidad, por lo
tanto mal de muchos consuelo de tontos, hablo de remarla en un mar de
dulce de leche, de vivir para los otros, de sacrificar tu vida y tu
tiempo por el bienestar de los de más, de cumplir con tus
obligaciones y que un día te tape el agua y te sientas tan solo y
tan lejos de la orilla que seas capaz de hundirle un poquito la
cabecita a quien sea por salir a flote-
Como Walter, lo único que me importa
es mi familia, la de sangre y la elegida, cada vez más reducida,
cada vez más achicada de tanta pantalla se fueron derritiendo, de
tanto ser políticamente correctos, evitando herir suceptibilidades,
evitando los piropos, mintiendo sobre sus verdaderos comportamientos,
pendientes de las vidas ajenas y metidos en burbujas de consumo e
instantanedad, perdieron su color, como las fotos de la polaroid.
No me planteo si esta bien o si esta
mal, ya he transcurrido las tres cuarta parte de mi vida, y si tengo
suerte y me queda tiempo no pienso perderlo en lamentarme de algunas malas acciones, de patear el tablero, de volverme descreída,
y antes de irme del todo, y siempre que no enganche un piloto
suicida, voy a ir sacando uno a uno mis muertos del placard (no se
preocupen solo los mios) y con cada uno que saque a la luz me voy a
sentir más liviana, más real y más completa.
Seguramente los que bajen de noche al
sótano a comprobar que sus muertos siguen ahí bien guardados, serán
los más críticos e indolentes, pero la verdad a mi desde ahora y en
más me importa una reverendo pepino.