CUANDO EL PENTÁGONO DE SEIS ES POSIBLE.
Escribe MARIANO FACUNDO, SASSO.
Post. KM 29-10-2011
(Pueden acompañar con el tema de la Bersuit, que da nombre a la nota, click abajo)
Post. KM 29-10-2011
(Pueden acompañar con el tema de la Bersuit, que da nombre a la nota, click abajo)
Las historias pueden ser tristes, alegres, sentimentales, trágicas. Las historias pueden ser inventadas, o creadas por nuestra cabeza. Las historias pueden tener principios increíbles y finales terribles, las historias pueden no tener fin nunca y que alguien siga contando recuerdos y agregando vivencias a historias de otros. Las historias mas importantes son las nuestras, las que tienen principio, las que tienen fin, las que no tienen ninguno de los dos condimentos, o las que están por venir.
Esta historia que les voy a contar comenzó un año y dos meses antes de que yo naciera. Fue exactamente un 14 de agosto de 1975, y peso cuatro kilos y monedas. Durante ese año y pico no se lo que paso, por supuesto por que no había nacido aunque ya nacía una parte de un todo que iba a ser inseparable, irrompible e insoluble.
Corrí desde la parada del 373 hasta la casa de mi abuelo, lo hice con todas mis fuerzas, me colgué de los brazos de mi nonno y de mi nonna. Comenzaba un fin de semana mas de esos que pasábamos los cinco en Wilde. Me puse a jugar con Pili (la perra) y espere un ratito hasta preguntar por mis primos, ya tenia las zapatillas, la pelota y había hecho los arcos en medio de la calle, mi hermano Pablo me ayudaba. Empezamos a patear de arco a arco, en ese momento salio el nonno con su repasador colgado en el hombro y nos dijo que teníamos que ir a comer, se lo veía feliz, mi abuelo era feliz si nos veía contentos. No recuerdo a ese hombre sin su sonrisa en la cara. Almorzamos hasta que se abrió la puerta ( estaba sin llave, y todavía no estaba con rejas) y entraron los tres riéndose. Esa era la imagen los cinco juntos riéndonos hasta que nos doliera la panza, era la imagen que nuestro abuelo nos transmitía y nos transmite aunque ya no este.
Los cinco primos siempre fuimos muy unidos, calculo que nuestras madres influyeron en que así fuera, que la relación familiar se transforme en una gran amistad lo fuimos logrando nosotros. Aunque realmente nuestro gran nexo, nuestro gran mentor, y el que nos transmitía esa alegría y el que nos inculcaba tanta unidad fue Salvador, el nonno para nosotros. Ese gran hombre que se murió cuando yo apenas tenia 10 años me dejo y nos dejo grabado a flor de piel que lo primero era la familia, y que lo segundo era la familia. Nosotros cumplimos con su mandato y mantuvimos ese lazo hasta el día de hoy.
La vida nos fue marcando diferentes caminos, y nos fue derivando hacia distintos lugares del mundo, pero ni esto pudo quebrar las ganas y las fuerzas que ponemos los cinco por mantener intacta la imagen que nos enseño Salvador. Yo vivo en España, junto a mi hermano y mi mama, hace casi 10 años, ellos viven en Argentina, una distancia mas que importante para nuestra relación. Los primeros años fueron muy duros y los reproches surgían a cada momento. Parecíamos amigos enojados entre si, como si alguno hubiese engañado al otro. Fue muy duro, pero paso por que aprendimos a convivir con esto y aprendimos a disfrutar de los momentos que tenemos que no son muchos pero que son intensos,, que son hermosos. Hoy casi todos tenemos mas de treinta años y nuestra relación es a cada año mas intensa, no se desgasta, es mas crece día a día. No podemos pasar ni un día sin recordar o sin nombrar a algunos de los integrantes de este pentágono unido por nuestro nonno.
Hoy vía Facebook uno sabe todo lo que el otro hace o deja de hacer estamos sin estar y eso hace la tarea mucho mas fácil, las distancias son mas cortas. Yo me levanto y escucho lo que mi primo Cristian pone de música y así se como esta el de animo, o miro el estado de Marche para saber sobre mi ahijada o sobre el, con Seba es distinto el no es muy amigo de las redes sociales. No digo que sea lo mismo pero nos mantiene al tanto de todo y eso nos hace mas fuertes.
Este grupo es a prueba de balas, de distancia, de cataclismos es a prueba de todo. Por eso hace mucho que venia pensando en dedicarles unas líneas a este sentimiento, que ya lo tengo tatuado, pero que ahora también lo dejo asentado y por escrito.
Somos un todo formado por cinco personas ( y un aura) y aunque todavía no hay palabras para explicar ese sentimiento, es fácil adivinar con solo mirar sus partes, que separadas pueden convivir, pueden progresar, pueden fracasar, pueden triunfar, pueden ser, pero cuando están juntos solo pueden ser ellos mismos sin importar tiempo, trabajos, dinero, mujeres, no importa nada. el tiempo que están juntos realmente no importa nada.