

UN MUNDO DE SENSACIONES, EN PENUMBRAS.
Somos solo un número para el mundo, pero somos un nombre para quien nos ama.
Por Kety Mangione. 15/01/2010
Si viajar a mi querida patria siempre es un cumulo de emociones
entre desbordadas y violentas, esta vez la cosa es más movilizante
y trastornada todavía (sí es que eso es posible), los villancicos de
navidad y los adornos callejeros están dando vueltas reales e
imaginarios, las visitas queridas andan deambulando en pijama
por la casa, los gritos de los nenes en el cumpleaños número 6
de mi nieto y los abrazos de noche vieja con los deseos apretados
en los dientes se sienten calientes en este gélido clima, que a pesar
de los años transcurridos me sigue pareciendo atípico y ridículo,
antes, durante y después paso de todo en lo personal como ya lo
saben y en lo Argental y mundial, resulta casi imposible hacer
un raconto prolijo o minimamente estadístico, es una
puta bolsa de gatos, donde las propias vivencias se mezclan con
las colectivas, como la muerte de mi querido, querido, querido
Sandro, que siento tan mio y tan parte de mí como mis extremidades,
y si bien se que comparto este sentir con millones de personas
y que muchas de ellas han dedicado a lo largo de estos
ocho meses muchas horas de sus vidas en eternas vigilias y colas
kilométricas en el último adiós, eso no me impide el luto íntimo
que llevo en mi corazón, porque con él sepulté una parte maravillosa
de mi pasado, porque con esa parte de mi pasado aún sepultado
reaparecieron todos los fantasmas de amores incandescentes,
imposibles, luminosos, oscuros, rabiosos, inconclusos, platónicos,
apasionados, desesperados, ignorados, escondidos, amores de
novela, amores amores, incontables, perturbadores, incomprendidos,
solitarios, apasionados al punto del del dolor mas insoportable y
la dicha mas inconmensurable, días de vino y rosas con espinas
y gotas de roció, días de hot pans con maxi sacos, ojos
pintarrajeados de sombra marrón y rimel corrido
por las lagrimas de la espera, horas de aguardar una llamada y
levantar el teléfono una y otra vez para comprobar que la linea
funcionaba, noches de llorar a escondidas en baños y rincones,
madrugadas soleadas donde nada tenia sentido en contrapunto
con las nochestenebrosas que se derrumbaban en tormentas
dantescas y sin embargo por el solo hecho de haber oído la vos
amada parecían diáfanos amaneceres de primavera, todo eso se
fue con ese hombre tan especial, que nos hizo sentir a todas
que eramos únicas e irrepetibles.
Así comenzó el 2010, con lagrimas de amor y alcauciles
para el olvido y cuando empezaba a recordar sin llorar, como el
Gitano lo había pedido y andaba por toda la casa y en el coche,
cantando a los gritos -Tengo un mundo de sensaciones, o la Fatal
Penumbras o agitándome con una Muchacha y una guitarra-,
viene el terremoto de HAITI y termina de desarmar todas mis
hipótesis, todo mi mundo de fantasía y esperanza, deje de
imaginar y de pensar para sumirme en una irrealidad que
me supera y si bien como lo de Sandro lo comparto con
toda la humanidad, siento esta sensación de ingravidez de flotar
en la nada para nada, de llegar a la conclusión como le dije
a mi querida amiga Martina, que la gente que había muerto
en el terremoto era prácticamente la misma que
se agolpaba en las calles para despedir a Sandro, pero resulta
que eso tampoco estaba claro, porque algunos decían que
70.000, otros 100.000 y mas tarde 150.000 se habían reunido
para despedirlo, y lo mismo pasaba con los pobres Haitianos
ni bien se supo la noticia hablaban de 100.000 muertos o más,
hoy las noticias decían 50.000 por lo menos ( claro, es mas
o menos lo mismo no?) y a mí ya no me da la cabeza, es tan
pero tan descabellado todo, tan irreal, tan patético, la pobre
gente pobre como yo he querido decir todos estos días, mas
la gente que se suma a un caballo desbocado diciendo
pelotudeces sobre este mundo material cuando son incapaces
de hacer el más mínimo de los esfuerzos ya no por personas
desconocidas con necesidades públicas, si no por sus propios
congéneres, más los propios damnificados que tan acostumbrados
a la miseria y al desamparo no atinan más que a la supervivencia,
sin poder siquiera remover unos escombros en busca de su propia
familia.
Todo es mucho dicen por estos lados y como también dicen
LLEVAN RAZON, todo esto es mucho, por la muerte de
una persona pública como Sandro se movilizaron 150.000
o más personas anónimas , por la muerte de un pedofilo, enfermo
Rey del Pop se movilizaron millones, pero increíblemente por la
vida de todos estos seres humanos que estan sumergidos en la más
extrema NADA, de no mediar una catástrofe de estas dimensiones
no se moviliza ni el loro, por las razones que sean, privan los
motivos económicos, priva salvar a los bancos o subsidiar a los
países de la unión europea o estatizar el fútbol o pintar
de celeste los restos del muro de Berlín, en lo privado y en lo
público, las necesidades son las mismas, cada uno mira su ombligo,
incluso los afectados por interés o por pura ignorancia, unos no
abandonan el barco por Poder y otros no lo abandonan porque no
pueden, o simplemente porque es el único barco que tienen y aunque
son conscientes de que están a la deriva o la vera del río o a punto
de caerse del precipicio, es su lugar de pertenencia y no quieren
perderlo, mejor dicho, no queremos perderlo, vaya uno a saber
porque extraños mecanismos nos aferramos a troncos flotando
en el mar con tanta fuerza y empeño, quien sabe
porque no podemos abandonar esa sensación de eternidad que tanto
nos cuesta sostener.
Esta claro que estamos hechos a prueba de todo, podemos soportar
los gritos desgarrados en vivo y en directo de gente aplastada entre
unos escombros mientras batimos una mayonesa, podemos aguantar
la desinformación y estamos preparados para asimilar el golpe que
significa 100.000 personas muertas o quizás sean “solo” 50.000,
con la salvedad que al final pueden resultar 160.000, pero
con tanto matiz de gritos y cuerpos apilados , saqueos,
aviones con ayuda humanitaria y niños salvados después de
4 días en medio de melodías cinematográficas, la cifra final
solo nos resultará un numero más, que quizás algunos
podamos asociar con Bosnia o con Tailandia, tipo
estadística, viste?
Por todo esto y más que nunca, reivindico lo individual y
autentico,el hacer las cosas por la familia que hayamos
sido capaces de amar,conformar y conservar, por los
amigos contados de a uno y atesorados a pulmón y por
la gente que de uno u otro modo nos hace sentir
que existimos por hacerles sentir lo mismo, reivindico el
derecho a ignorar a aquellos que nos mienten sistemáticamente
en su estúpido afán de inventarse una vida y nos miran a la
cara aprovechándose de nuestra pasividad ante tanta estupidez
humana. Reivindico el acto chiquito, insignificante de hacer
algo mínimo para aliviar el dolor de un ser querido o
festejar la victoria de una batalla ganada por ínfima
que parezca, de glorificar el abrazo, de santificar la
palabra dicha a tiempo, la palmada en el hombro de
quien nos mira esperando aprobación, el elogio, el guiño
cómplice, la gratitud.
Es muy fácil dar cuando se tiene, aliviar la conciencia con
un diezmo o una dádiva anónima, lo realmente difícil es
dar nuestro tiempo, nuestro temple y compartir aún aquello
de lo que se carece en pos de dar un poco de alegría a aquel
que realmente lo necesita y nos los pide
cara a cara.
BUENOS AIRES AMADA, ESTOY LLEGANDO,
TARDE, CANSADA, DOLIDA , PERO VIVA Y DE PIE, COMO VOS.